Caja de ofrendas en forma de trono, Maya

    Tierras Altas de Guatemala, Periodo Clásico, 800–1000 EC

    Caja de ofrendas en forma de trono, Maya, Tierras Altas de Guatemala, Periodo Clásico, 800–1000 EC
    Cerámica policromada, dimensiones totales: 19 1/8 x 18 1/2 x 6 pulgadas (48,51 x 46,99 x 15,24 cm)
    Jay I. Kislak Collection of the Early Americas, Exploration and Navigation, Miami Dade College, MDC PC 2018a (caja), b (cubierta)

    Un señor con barba preside esta ofrenda de cerámica o caja de alijo. Su coraza, orejeras y turbante indican su estatus como realeza, un hecho que conocemos por la aparición de atuendos similares en otras cerámicas, estelas y relieves de templos mayas. La figura está sentada sobre una piel de jaguar arrojada sobre la tapa de la caja—sus patas traseras cuelgan sobre el borde delantero y su cabeza y patas delanteras sobre el borde trasero—lo cual enfatiza su papel como gobernante, dominando a una de las criaturas más poderosas de la naturaleza.

    La figura sentada está flanqueada por cabezas de serpiente, de cuyas bocas abiertas emergen las cabezas de dos dioses, uno representado como un escriba a la derecha de la caja y otro como un anciano a la izquierda. Es posible que se trate de los protectores del señor sentado, lo que enfatiza su estatus. El escriba, que lleva un fajo de papeles en la cabeza, es Itzamná, también conocido como Ah Dzib ("escriba") o idzat ("persona culta") y, para los estudiosos mayas, "Dios D". Estrechamente asociado con la creación y el sustento, Itzamná también se identifica con la escritura, la adivinación, la sabiduría y el conocimiento esotérico. Los registros del periodo colonial dicen que era el soberano supremo de los dioses mayas. El Dios Viejo, Ah Puch o "Dios A", se representa a menudo con un diente aserrado o la boca caida para indicar su edad, pero puede aparecer en muchas formas diferentes y con diferentes nombres. Este Dios Viejo puede ser uno de sus disfraces, representando su papel como Dios de los Muertos protegiendo una caja de ofrendas funerarias.

    Se sabe que cajas similares contenían libros mayas, aunque es posible que ésta sea demasiado pequeña para contener un libro importante. Lo más probable es que contuviera ofrendas como incienso, pequeñas joyas u otros objetos sagrados, huesos del difunto o de un antepasado, o alimentos para el más allá. Esta caja habría sido enterrada con una persona de la élite como un tesoro o "depósito de riqueza", término arqueológico que designa una colección de objetos o artefactos valiosos. Este tipo de depósitos se encuentran en tumbas, en las ruinas de templos o enterrados a propósito en el suelo, en cuyo caso a veces se denominan alijos. No quedan restos de las ofrendas de esta caja, pero su elaborada forma y decoración indican su importancia.

    El hecho de que esta caja esté pintada en un tono vivido, hoy llamado "Azul Maya" es una prueba más del estatus de élite o realeza del objeto y de su propietario. El Azul Maya era el color de la realeza y, como pigmento vibrante y casi indestructible, era el más apropiado para enterramientos y objetos destinados a la eternidad del más allá. Para más información sobre el Azul Maya consulte el artículo Vasija maya con dios buceador.

    Expuesto: Culture and Change in the Early Americas, Kislak Center, Miami Dade College, 20 de mayo de 2018–31 de enero de 2021.

    Fotos de Lynton Gardiner. © Kislak Center at MDC.